En todas sus novelas, Samuel Beckett ha descripto el inventario de los atributos a los cuales sujetos larvarios se entregan con fatiga y pasión: la serie de los cantos rodados de Molloy, los bizcochos de Murphy, las pertenencias de Malone--se trata siempre de sonsacar una pequeña diferencia, pobre generalidad, a la repetición de los elementos o a la la organización de los casos. (132)