En una noche sofocante de verano, me di cuenta por primera vez que
Los árboles siempre emiten luz
Debajo de la corteza, hay una capa de claridad
A partir de donde la luz tenue asciende
Y al alcanzar el cielo empieza a caer susurrando como una fuente
A medianoche, en la ciudad, en la superficie del río, en el borde del agua
Cae y cae en silencio
Cae y cae en silencio
Entonces ya ni siquiera se deja ver el recuerdo
Esta llanura, que en otros tiempos era un bosque
Recobra su claridad
Esa claridad salva a los pájaros y los animales
De su desconsuelo
Gracias, Chiara, Gracias
Gracias, Lucía, Gracias
La luz verde anida en nuestras puntas de pie
(Una traducción tentativa por Eiko Minami)