En la era de Itinerant philosophers
Ellos fueron de gira en tren por la parte oeste de Estados Unidos
Por cada señal de distancia que marca cien millas sonaba el pitido
Al que respondían aullidos de lobos y coyotes
Ellos (y mi abuelo también) aprendieron mucho y no escribieron nada
“No hay una idea original que no se pueda expresarse con dos cientos palabras,
Decía Hoffer, pero
En ninguna parte hay un mito original que no se haya contado
entre Spokane y Seatlle”
Esto era una bravuconada de mi abuelo
A él, apodado como Cuervillo,
El ferrocarril significaba también una oportunidad de aprender el lenguaje de los seres humanos
Mi parte oeste de Estados Unidos, más de medio siglo después
Fue un triste tejido reticular de caminos pavimentados de todo tipo
En un cuarto cerrado de relámpago que olía a quemado, yo
Hacía esfuerzos desesperados para olvidar palabras
(Una traducción tentativa por Eiko Minami)